Ética y Deontología Jurídica: Simulación de bolsa de valores

Ética y Deontología Jurídica: Simulación de bolsa de valores

Creo que más allá de una simulación fue una manera divertida y poco común de ver nuestros defectos y nuestras virtudes.

Empezaré haciendo una pequeña reflexión, que a mi en lo personal me impactó de sobremanera.

Al principio muchos no participamos, otros se mostraron entusiastas al comprar su boleto de rifa en un dos por tres. Al paso de los minutos, la probabilidad de ganar iba creciendo, fue entonces que los que no teníamos interés en el juego empezamos a unirnos para comprar los boletos mas cotizados y así nos tocara una buena tajada de esos 50 mil pesos.

Fue muy impresionante darse cuenta que por dinero solemos hacer cosas fuera de lo común, y de aquí se desprende mi primera reflexión; creo que como futuros abogados y como el futuro de nuestro país no debemos perder el piso y olvidarnos de los valores que nos han enseñado nuestros padres y nuestros maestros, debemos aprender a identificar que es más importante.

Por otro lado, el trabajo en equipo es fundamental en toda sociedad, no podemos ir por la vida pensando que somos autosuficientes, es por esto que considero de suma importancia siempre tratar a la gente con respeto y tolerancia. De esta manera logramos un trabajo en equipo más enriquecedor para nosotros.

La ambición es muy positiva, creo que se debe tener sed de éxito para poder progresar y para llegar cada vez más alto, pero ¡ojo! puede volverse muy peligrosa, al punto de perder el piso y olvidar que queremos alcanzar y perder cosas que son muchos más importantes que el dinero o bien, que cosas materiales.

En cuánto a la lista de ¨defectos¨ que tienes nuestros padres, sólo tengo una cosa de decir. Es por ellos que estamos donde estamos, que somos lo que somos y tenemos lo que tenemos, mucho o poco, recodemos que ellos nos lo dieron y por esa simple y sencilla razón, yo en los personal no tengo absolutamente nada malo que decir de mis padres.

Por último quiero añadir, mientras nosotros señalamos a uno, hay cinco dedos atrás de nosotros.