18 de agosto de 2011

Reflexión sobre la clase del 09/08/2011

La actividad realizada en la clase me hizo pensar en muchas y diferentes cosas, como una que crei que a la mayoria le paso por la mente, que fue el qué hubiera pasado si lo hubiese vendido. Al reflexionar sobre esto me dí cuenta que se debe ser decisivo y arriesgado; decisivo por la razón de que la mayoría de las veces, si no es que siempre, las cosas que son hoy, no lo serán mañana. Arriesgado porque uno debe confiar tanto en sí micmo como en lograr su objetivo.

De esto me llevo una lección, el que no arriesga o apuesta, no gana, si queremos conseguir algo tenemos que ir po aquello que deseamos.

Pocas veces será cosa de suerte, ni modo, así es la vida.

Y pensando en la actividad que hicimos sobre la evaluación que hicimos a nuestros padres en general, creo que deja mucho que decir, ya que muchos dicen que los hijos muchas veces son el reflejo de los padres, entonces ¿habremos visto nuestros propios defectos en los de nuestros padres? No creo que sea algo que signifique un obstaculo para nosotros, pienso que puede ser una motivación para mejorar como personas, como hijos, estudiantes, etc.

Si el universo está en constante renovación, ¿Por qué no hacer lo mismo con nosotros para ser mejores personas?.

1 comentario:

  1. Fabricio Iván Montes Gutiérrez
    Ética y Deontología jurídica
    ¿Puede el ser humano vencer el egoísmo?

    El trabajo en equipo sólo es posible en el mundo del diálogo, en el arte de saber escuchar y, en el arte de hacerse entender. El hombre, vence la encrucijada impuesta por él –ya sea de manera cultural o llamémoslo, de maneta natural- para derrotar su propio egoísmo, para así derribar las barreras de su individualidad y alcanzar grandes logros que, sin la ayuda de sus pares jamás hubiese obtenido.

    Siendo pues el egoísmo una expresión de inmoderado y excesivo amor hacia uno mismo y que, para nuestra propia desgracia o fortuna, nos hace atender desmedidamente nuestro propio interés, parece agravarse en la interrelación que surge en las sociedades.

    Nuestra sociedad, la mexicana, no es la excepción, parece ser, en cambio, una agravante en la naturaleza humana; es decir, existe en el inconsciente colectivo del mexicano de rajar al otro, de no abrirse, es decir, de no mostrar bajo ninguna circunstancia debilidad, y entonces en cuando surge la tan aclamada figura del chingón.

    Fue inevitable, por no decir casi imposible, lograr un consenso entre el juego hiper-imaginario del dinero y, pretender ganar, utilizando como herramienta la figura del chingón, es decir, vencer rajando a los otros. Por ello, debemos pensar en la falta que nos hace dejar a un lado nuestro tan arraigado machismo disfrazado de individualismo y, así, sabremos que el trabajo en equipo trae, irremediablemente, mejores retribuciones.

    ¡Oh generación neorromántica! ¿Es sincera tu rebeldía?

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