Escuela Libre de Derecho
Ética y Deontología Jurídica
Sofía Torres López
2° C
Problema Ético
-Caso:
Mariana Álvarez y Juan Carlos López eran grandes amigos, además de
colegas. Estudiaron juntos desde preparatoria y cursaron la carrera de derecho
en la misma universidad, más de una vez compartieron clases en el mismo salón.
Tenían amigos en común e incluso en alguna ocasión trabajaron de pasantes en el
mismo despacho, al terminar la carrera ambos tomaron caminos separados, ella se
dedicó al litigio civil y el al derecho
corporativo; sin embargo, se seguían frecuentando, de vez en cuando se llamaban
por teléfono y si tenían tiempo se reunían para comer al menos una vez al año.
Mariana era muy exitosa, dedicada y comprometida a su trabajo, pronto la
habían hecho socia del despacho y quienes trabajaban con ella la admiraban por
su inteligencia y dedicación.
Juan era bueno en lo que hacía pero nunca le apasiono el derecho
corporativo, su verdadero interés era el litigio civil también; sin
embargo, tomo esa dirección porque se le
presento una gran oportunidad de entrar en una vacante hace ya varios años pero
en realidad no había logrado ascender de puesto y al verse tan frustrado
decidió renunciar. En busca de su sueño,
Juan se puso en contacto con un maestro suyo llamado Pedro Rodríguez, quien se
dedicaba al litigio y éste le dio trabajo de inmediato en atención a que Juan
había sido de sus alumnos estrella.
Al paso del tiempo Pedro tenía abundante carga de trabajo y decide
delegarle a Juan el asunto “A”, el cual
era muy importante y además ya iba casi a
mitad de juicio, Pedro le dice a Juan que gana el asunto, lo haría socio
del despacho. Juan estaba muy contento y empezó a estudiar el caso, cuando para
su sorpresa se da cuenta que el abogado de la contraparte era su querida amiga
Mariana.
Juan estaba cegado con ganar el caso, pensando todo lo que obtendría si
eso llegará a pasar, así que sin pensarlo dos veces llama a Mariana y le pide
que se reúnan sin decirle para el motivo.
En la reunión Juan le explica a Mariana que en el caso “A” el representa
a la contraparte y que si él gana lo harán socio. Entonces le pide a Mariana
que en atención a que son grandes amigos, que
a ella siempre le ha ido excelente y que seguramente éste es, para ella,
un asunto más y que para él en cambio significa tanto, que por favor no ofrezca
pruebas y finja con su cliente que sin intención alguna y con tanta carga de
trabajo, se le paso el plazo, ya que muchas veces esto en la realidad si
suceden. A cambio Juan le ofrece el 75% de lo que recibiría si gana el caso.
Se presenta para Mariana un problema, ya que por una parte su ética
profesional le impide consentir tal petición ya que traicionaría a su propio
cliente y un abogado siempre le debe ser leal a éste, por otra parte Juan es un
gran amigo y efectivamente a ella siempre le ha importado agradar a los demás y
ayudar a Juan significaría también serle fiel a una relación de tantos años, y
por último, éste trato significaría para ella una ganancia segura sin tener que
seguir con el juicio y simplemente disculpándose con el cliente.
Pero después de analizar bien la
situación, se da cuenta que si ha llegado tan lejos es porque siempre le ha
dado prioridad a sus clientes durante el desempeño de su trabajo, nunca les ha
mentido ni ocultado información sobre el desarrollo de sus juicios ya que ella
es toda una profesional y como tal su labor es contribuir a que sus clientes
obtengan lo que piden y así se haga justicia. Finalmente ella puede ganar ese
asunto y obtener lícitamente o que le corresponde y decide probar a Juan
diciéndole que si en verdad son amigos, respete su decisión y que gane el
mejor.
-Principios:
Honestidad: es una cualidad de la condición humana por virtud de la cual actuamos
conforme a la verdad, nos comprometemos y expresamos con coherencia y autenticidad.
Se trata de vivir de acuerdo a como pensamos y sentimos.
Lealtad: es la fidelidad al compromiso de defender lo que creemos y en quienes
creemos, en los buenos y en los malos momentos. Implica el cumplimiento a la
palabra dada.
Responsabilidad: es el valor que nos permite asumir las consecuencias de nuestros actos.
De ella depende la estabilidad de las relaciones personales.
Compromiso: es el valor por virtud del cual podemos cumplir con los deberes que
estén a nuestro cargo o a los que voluntariamente nos hemos ofrecido a
realizar.
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